Bailemos un son norteño
güerita regio-zacatecana,
no se haga la chica enojada
y deme su mano
para estas coplas.
No soy vaquero de a caballo,
pero por ti galopan mis latidos,
siguiendo un cielo azul mezclilla,
andando a ritmo de huapango.
Al mirarte vestir botas,
de acordeón oigo suspiros,
armonías de bajo sexto
y alboroto de tarolas.
Bailemos un son norteño
güerita regio-zacatecana,
no se haga la chica enojada
y deme su mano
para estas coplas.
Si la tomo por la cintura
a donde diga
la siguen mis pasos;
sacándole brillo a la pista
es corta la noche
y alegre a su lado.
Me vuelvo mono de alambre
si escucho el nombre de Estefanía,
aviéntame un beso al aire
aunque se encele la ranchería.
Bailemos un son norteño
güerita regio-zacatecana,
no se haga la chica enojada
y deme su mano
para estas coplas.
Eres flor de capomo
radiante, cardenal rojo vivo
embelleciendo la llanura,
por eso me quito el sombrero
en respeto formal a tu preciosura.
Que no se apague la lumbre
de mi pecho
encendido si lo rechazas,
aunque pongas bajo mil llaves
cerrada la entrada
a tu corazón herido.

Francisco R. Garcisán
@frgarcisan
Leer sus escritos


Deja un comentario