Y supimos del fuego

Chasquido de rocas:
el primer incendio.

Nuestra historia es una herida
que no sabemos cerrar.

Más allá de nuestros ojos,
bajo las prepirenaicas líneas
               de nuestras manos,
                                               tras nuestra huella,

el viento observa                       paciente y mudo.

Pero una tarde cualquiera
se curvarán los abedules,
la niebla pastará    
                             libre     
                                       en las costas,
brotarán los juncos en la avenida gris,
será el gorjeo 
de una alondra 
la última canción del mundo.

Antonio Ríos
@antoniorios.poesia
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