Me atraviesa una atmósfera de días perdidos, vendaval de miradas ausentes que danzan al compás de la monotonía.
«¿Tendremos forma de gritar un nombre?»
Escribo y no hay palabra que acierte, en el blanco de la soledad.
Susurro en los silencios las señales de la espera,
me abrazo en la inmensidad del mundo: una habitación a oscuras.
¿hay algo que podré ser?
alarido de transeúntes, que sueñan en mí.

Leandro Salas
@reaccion_literaria
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