Siempre dejo los testículos guardados
bajo la cama
mejor en el jarrón
para que nadie los note.
Aprendí a ocultarlos observando a papá.
Él los usaba sólo en casa
con mis hermanos
con el perro
con las costillas de mamá.
–Hay que tener cojones, decía.
porque el macho
tiene el sexo expuesto/desprotegido/vulnerable.
La descendencia me pesa.
Algún día iré
a que me cercenen los genitales
a que la hemorragia
el dolor agónico excruciante
me deshagan la casta
como vertiendo leche en el río.
Ese día me convertiré en un impotente/eunuco/capón/inepto
por mis hijos
los hijos de mis hijos
que nunca sabrán
lo que es caber en un cuerpo
en una estirpe de hombres cobardes.

Johan Reyes
@johandosreyes
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