Aquí lo tienes:
atestado de incansables latidos
un corazón que revienta a gritos
hasta oír sus intenciones
que seas tú quien las escuche
rehusado a seguir órdenes
en tu ausencia
te espera, es paciente
No lo busques:
sigue siendo terco e imperfecto
ambiciona hacerse sentir
como el cristal que se fractura en silencio
se cree culpable
no tiene la obligación de amarte
pero se deleita con la libertad para hacerlo
así no quiera
él decide, se autocontrola, se gobierna
Lo encontraste:
no quieres escucharle
su germen crudo no te satisface
tu egoísmo siempre te aventaja
es el veneno que devora tu esencia
roe y corrompe tus entrañas
y eso le aflige enormemente
se confía en su memoria
acumula sus latidos
se hace vigoroso, autómata
Él ya te pertenece:
apostó a la libertad de amarte
asumiendo el riesgo que implica amar frente a la ausencia
con silencio
a tu indiferencia
hoy se detiene cuando te recuerda
ya que no puede verte, ni olerte ni tocarte
y eso también le duele enormemente.
con el tiempo llegará el desgaste
e inevitablemente él será libre.
Y es que así es este amor
terco e imperfecto
como el corazón.

Kervin Briceño Álvarez
@prisonerofideas
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