Se volvió a secar el jardín.
Pasó. Volví al fracaso
de una mente a martillazos
perpetua, golpeando
hasta partirme por completo
y abrir el campo a mis fantasmas,
esos recuerdos del pasado
crueles, sin misericordia.
Toc. Toc.
Pum. Pum.
Tocaron de nuevo a mi mente,
esa puerta siempre perenne.
Pudrieron sus maderas
y no opongo resistencia.
Aprendí que para revivir
de entre mis escombros
he de dejarme volver a partir.
Morir. Morir (se) por dentro
es de nuevo dogma y fe
de provocar otro comienzo,
de volver a ser.
Se quemó la esperanza.
Ni quedan fuerzas,
ni quedan ganas.
Quedo sola con mis fantasmas:
Yo,
mi,
me,
conmigo
y ellos, mis demonios.
Me sacan la piel a tiras
y me curan el dolor a susurros.
He de romperme, hacerme cenizas
para terminar este ciclo
y volver a tener el control de mi vida
Reconstruirme es ardua tarea
si opongo resistencia.
Mi talón de Aquiles soy
cuando no me dejo ir
para volver a volver:
De nuevo yo,
De nuevo, otra.
Renacer siempre a la espera.
Dejar de ser esa persona
a la que ahora anhelas.
May Olivares
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