Sólo basta
una media viuda
que guarde todas las preguntas
de la vida y la muerte
del tiempo y sus sueños
del amor y sus causalidades;
sólo basta
una media repleta de preguntas
para llenarte la espalda de moretones
para que te atraviese la piel
y te quedes ahí,
con los ojos fijos
en un dolor sin respuestas
como el perro que llora
por el látigo
que pega más fuerte
que el diario
que nunca
sabrá leer
como vos,
como yo,
como la otra media
latiente de respuestas
en el fondo olvidado
de un cajón
potencial
títere de trapo
caricia ilegible
de una fe
viuda
pero no
muerta.

Coti Molina
@cotimolgo
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