Para Alex, de una mujer
sin nombre.
Transmutar es posible, sobre todo a la inversa, y colapsar, hasta que las amígdalas ladran dentro. He dicho amígdalas demasiadas veces, demasiados poemas, y en ninguno tu nombre: no estoy autorizada a articular ocasos. Escribo nostalgias a destiempo y abro grietas en el abismo de mi piel. No tengo puñales ni el albedrío de partirme en dos, solo el hambre y las costillas —como una coraza— fuera de la carne. La emoción camaleónica de los desvelos y mil capas de tinta donde escondo tus pecas: versos con alfileres, repletos de lugar común.

Whitnny Palma
@nieblagris_
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