Hoy y siempre te haces polvo
vivo y purpúreo como el carmesí,
agonizando a cada paso que das
atrapada como una mosca polizona.
Te marea la fragancia de una tímida azucena
descrita con nombre femenino
naciente y frondosa en el verano.
Pinceladas que graban tu existencia
te pierdes en tu país boscoso
de capullos, pétalos y polen.
Abres tu boca con aliento a jazmín
y tu lengua mezquina toca un rayo de sol,
sellando así el pacto entre unos labios egoístas
destinados a amarse o a odiarse, sin razón.
Un girasol marchito por la lluvia
contempla un rocío amenazado
es tu jardín destrozado que vuelve a nacer.

Kervin Briceño Álvarez
@prisonerofideas
Leer sus escritos


Deja un comentario