Yo ya fui bombero del miedo
ya apagué los fuegos excitantes de la vida
ya colmé la aspereza de no estar vivo
ya ahogué heladas mis historias.
Resistí muchos incendios con cierto reproche
regué a tientas todas mis heridas
supuse entonces que crecerían algunas flores
pero no obtuve más que macetas vacías.
Hasta que un día me quemé
y noté clara toda mi presencia.
Una sensación de vértigo
recorrió todos mis desvelos,
una melodía gloriosa
quebrantó henchidas mis fobias.
Los ruidos del mundo
cantaban por el alba,
el miedo al vacío,
de repente, se calló.
Ahora yo soy el fuego,
cubrí mi cuerpo en llamas,
dejé de lado la penumbra,
pisé con fuerza el suelo.
Por ahora el fuego avanza,
y se propone hacer milagros,
me quedaré un buen rato aquí al calor,
pues ya pasé inviernos por muchos veranos.

Miguel López
@miguelopar
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