Esta casa me ha traído a mis reflejos
acurrucados sobre la cama a la que
ya he cogido cariño.
Desde aquí, miro.
En Bata, el frío son los padres
y la nota de color la pone la tarde.
Hay ríos frente a mi ventana,
pero no hay agua. Los restos contaminados
de basuras imposibles de gestionar,
se quedan incrustados en la maleza.
Así me imaginé el fin de la diplomacia,
con todas esas arrugas que afean la cara.
Así creí que era inagotable la fiesta,
sin hielo que comprar en gasolineras
que perdieron su vida en horas.
Y no les preguntes nada,
porque seguirán sonriendo.

Estefanía Soto
@fani_conlimon
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