Desierto

Cada paso en falso los alienta,
cada acierto los desanima;
ellos son la sal del mundo,
la terrible noticia de salvación
para las almas en cadena perpetua.

Se atreven a burlarse de todos nosotros
del resto de los mortales,
de quienes hacemos de la inconformidad
una comodidad sustentable.

Mientras ellos,
temibles seres de lo cotidiano
viven sobrellevando los embates de la vida
como si pretendieran ser inmortales.

Se creen imprescindibles en el desierto,
caminan aferrados a los deseos de sus mentes;
nada puede interponerse entre sus planes,
siguen siendo seres demenciales
y arrogantes por naturaleza.
Despiadados a conseguir lo que quieren
y aun así siguen siendo voraces
después de la vida
y hasta después de la muerte.

Kervin Briceño Álvarez
@prisonerofideas
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