poema sobre vejez fragilidad redención

Señor palomero

Las alas de un ave clásica
son alimentadas por un caballero
de cumbre blancanosa,
sobre el pavimento malqueriente y herido.

Camina aquel hombre
pidiendo que no estorben
sus hurañas rodillas,
mientras sus cejas se curvan
sobre siete décadas,
para después esparcirse en gramínea,
en el arroz de parque agitado a puño.

Cada ortro,
una parte de tu cuerpo cano
ha de culminar
en el pico fino de la columbiforme
ave
vocalizando tu nombre.

Isabel Ojeda
@biojeda
Leer sus escritos

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Búsqueda avanzada

Entradas relacionadas