“A ti, que deseas ver lo que no debes
y que acometes lo que no deberías intentar,
a ti, Penteo, te llamo”.
Eurípides
Amo el anhelo de las orillas
en tu cuerpo como infranqueable sueño
de la noche ceñida a mi pecho
como sangre prometida o como el odio
que anega islas deshabitadas por el recuerdo.
Se rehace tu ausencia y las horas de tu ausencia
y la idea de no ser en tu boca un beso,
ni ser el naufragio de los brazos desnudos:
sino ser el tiempo que tus manos han de cerrar con el alba.
El oír quebrarse tus alas en mis labios, quiero
el reconocer tus ojos en la penumbra del alma:
hasta ser en ti la lumbre de pétalos nocturnos,
ser la ternura de tus venas repartidas en la brisa,
ser el silencio del cielo en la geografía del perdón
o el vacío en olvido de mis manos al quererte.

Adrián Chaurán
@chaurancarvajal
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