Yermo

Una parte de mí deseaba que te rechazara
porque el amor nos convierte en egoístas,
pese a toda la propaganda que quieran hacer.

Una parte de mí quiso segar tu jardín
solo por no ver en el mío florecer.
Se me secó.
Se me secó la hierba al danzar
con el tiempo y con el aire
que emanaba de un cansado suspiro.
Tu césped, tan vivaz,
lo regaste con mi lágrima,
cosechando un fruto que debería ser mío.

Porque una parte de mí anhelaba ser la rama
que ahora brota sobre tu piel,
más que la semilla que dio paso al árbol
bajo cuya sombra tus besos duermen.