Horizontes verticales,
yo os invoco: amamantadme;
como puntas de icebergs,
sed preludio del Temblor.
Un Temblor que resquebraje
los cimientos de la noche,
como una puesta de luna
sobre un mar de ingravidez.
Temblor que la sed ahogue,
que del viento sea canción,
un eclipse de infinitos,
un crujido de emociones.
Quiero ser premonición
de tus ecos, prisionero
de tus alas, ser las flores
que dispare tu fusil.
En tus venas nuestro pulso:
oh, Temblor, hazte sentir.

Antonio Ríos
@antoniorios.poesia
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