Imagino resbalarme por tus ojos,
y es
mitad accidente,
mitad intención.
Tú me esperas con un cielo de algodones,
por si acaso me doliera la caída.
Y me agarras firme,
y yo dejo de sentirme en suelo firme
cuando me agarras.
Imagino que me caigo en tu mirada,
como caen del cielo las estrellas
en las noches de verano.
Me descubro en el bosque de hojarasca,
dorados jirones, lágrimas negras,
aire nuevo que en mi pecho
se deshace entre el amor y la tormenta.
Imagino que en el fondo de tus iris
me sumerjo en el abismo de tu nombre,
y en las grietas de tu labia
vuelo entre terciopelo y caricias.
Cuando descubro
que deseo que me ames
como ama toda luz a sus rincones:
sin pedir permiso a las tinieblas.
Te imagino y me haces óleo con tus manos,
me haces verso.
Me recorres con la boca y con tus dedos,
me deshaces como arena,
me borras el miedo de la piel.
Y es
mitad por accidente,
mitad con intención.

Raquel Gavilán Párraga
@raquelgavilanoficial
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