Susurra el viento,
cambiante.
Un ciclo sincero
que se despliega.
Lo que fue seguro
ya dejó de serlo.
El alma se consuela
en el sendero.
Mundos que nacen
al dar un simple paso.
Nos movemos
a merced del tiempo.
Abrazar lo nuevo,
sin dejar lo viejo.
Aceptar lo incierto,
un futuro abierto.
Habitar lo recóndito.
Es ahí precisamente
donde reside la esperanza:
en lo desconocido.
Acoger el miedo pues,
al renacer,
y aunque temamos,
siempre, siempre, siempre,
seremos bien recibidos.

Carlos Vera
Blog de Carlos
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