Aceptar lo que eres, sin más:
tus sombras, tus luces.
Sin dudar.
Un ser imperfecto
con tropiezos,
con miedos.
Al menos,
siempre nos
quedarán
los besos.
Un ser incompleto
pero que basta.
Porque lo que
no se aprueba
desgasta.
Un ser inconexo
urdiendo tejidos
con finos hilos
entre sus defectos.
Un ser, simple
y llanamente,
incorrecto.

Carlos Vera
Blog de Carlos
Leer sus escritos


Deja un comentario