Yo misma
Calla, insensata,
bajo esta puerta no pases,
esa suerte que ves
no es otra sino la mía.
Calla, he dicho,
asno violento,
que no ven tus ojos morados
que ese es mi óbito
es mío y solo mío.
Mi lengua nada en su belleza
y yo soy
solo,
solo,
solo
suya.
Calla ya,
silencio,
no ocupes más mi orilla,
deja que entre yo en este hueco;
este silencio es mi sino
y su boca:
todo un imperio.

Elisenda Romano
@elisenda.romano
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