La mayor fortuna de la vida,
sin saber de existencia ni recompensas.
La gratitud de quien rogó,
el calor de volver a verse,
el entusiasmo de reconocerse,
las pisadas de un paseo en paz.
La mayor suerte sin ser aleatoria,
el gran regalo que no es fortuito,
la consecuencia más que merecida.

Aurora Hernández
@liveaboutit
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