Insectos sobre la piel,
acallados en los breves descansos
en los que nos caza el sector servicios.
Insectos oculares
que sufren con interés
los clavos solares.
Insectos en nuestros pies,
que mueren de paso a paso
con autoinfligida desgana.
Insectos:
familiares del masoquista moderno,
del dominguero del verano,
de nuestro FOMO sin frenos.
Insectos que nos chupan nuestro sudor.
Insectos que consumen el buen juicio.
Insectos titiriteros de las redes,
cuyos anzuelos invisibles
fotografían nuestros dientes.
Insectos:
sus mentes de colmena en nuestros cerebros.
Posados. Sonrisas al acecho.
Insectos.
A la nube.
Insectos.

Pablo Fernández de Salas
particulasdepoesia.com
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