Una lágrima y media

Nadie entiende que las lágrimas
son de plata,
lana de mi pecho que cuesta
lo que una espiga.
Nadie entiende que la sensibilidad
tiene cal dormida
y que la culpa es la llama de la pereza.
Pásame la sal
y sírvete mi pecho en su salsa,
costillas incluida.
Pariré los retoños de la humildad
como en mi pecho mana la delicadeza.
Ahora entenderás lo que vale
un corazón tierno;
ahora entenderé lo que sale
un amor que desarme.
El precio de llevar en la boca
a la humanidad
es una lágrima y media.

elisenda romano escritora

Elisenda Romano
@elisenda.romano
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