
En la mochila pondré
un par de buenas botas,
una camisa vieja
y aquel sombrero gris
que guardas sin saber.No olvidaré el papel,
(Por lo del poema)
un bote de miel,
un pañuelo de seda
y la botella de Jerez.Los sueños irán fuera
¡Casi a flor de piel!
Pondré también el fuego,
un pedazo de mar,
y el sabor del último café.En la mochila dormirán
auroras, vientos y tempestades,
pero la voz de la sensatez
la guardaré bien escondida,
como la Biblia, escrita en inglés.Aunque colgada al hombro,
la mejor de todas las cargas,
porque cerca del alma
llevaré la guitarra:
la de los blues y las madrugadas.Y esta vez será
como siempre quise hacer:
en blanco silencio
y pensando en un camino
aún hoy por dibujar.
Y así me iré,
como me gusta irme a mí:
sin girarme, sin decir adiós,
sin luces ni sombras
y sin hablar he de partir.
Pero no olvidaré mis botas,
tampoco la camisa vieja,
ni aquel sombrero gris.
Imagen: acrílico por Joan López



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