Hay sogas. Una deliberada sujeción al despropósito. A los vidrios que llaman. A cada ley en la palma, pero la mano no habla.
Ánimo a la esperanza. Extender los brazos frontera en una geometría que pretenda. Que prometa. Que anuncie lo excesivo, entre el pelo y la piel, entre absorber y perder.
El tiempo que está después.
Las alusiones y la escalera escarpada. La preocupación de cuando se sale con las piernas arrastradas. No preocupes. Hay un plano común, moviéndose del suelo.
Y si llueve aquí dentro. Peor son las estrategias impersonales. ¿Para qué la luz? Tragarse todo el parecer, porque a un lado, se duerme muchísimo.
El tiempo que está después.
Por: Luciano Verdi (Argentina)
verdiluciano.wordpress.com
Únete a nuestras redes:




Deja un comentario