Sentir un vacío tan inmenso
que va cavando un hoyo,
profundo y escrupulito.
Queriéndome esconder de la luz
de aquel día en el malecón,
donde los recuerdos se iban ahogando.
Y voy muriéndome en silencio,
con las ganas de decirte
que te voy a echar de menos.
Pero nos pasamos así el tiempo,
jugando a quién odia más
y a quién ama menos.
Sentir un miedo tan frígido,
que va congelando nuestros corazones,
que ayer eran eufónicos y ufanos.
Queriéndonos esconder de la verdad,
del roce de nuestros cuerpos,
donde la imagen marchita es lo que queda.
Y nos morimos desde lejos,
con las ganas de apretarnos,
para asfixiarnos con pasión.
Pero nos pasamos así el tiempo,
jugando a quién odia más
y a quién ama menos.



Deja un comentario