Roma

Caminando tras tus hermosas calles,

la brisa sutil, que de a poco quema mis dedos,

roza suavemente
 el interior de mi cuerpo.

 

Siento el olor a café y tabaco,

que en lejana cercanía,

va creciendo con un esmero perfecto.

 

Curioseando bajo las ruinas de hormigón ,

de color marrón muerto,

se escucha el murmullo de los antiguos mudos guerreros.

 

El cielo siempre nublado y soleado parece,

mientras unas caricias de agua van cayendo

y de vez en cuando se desaparecen.

 

Paseando, voy viendo,

el hermoso recuerdo secreto,

de los miles encuentros, envueltos de misterio.

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