Bajo el almendro

Bajo el almendro

tiendo mis alas,

descanso, duermo y miro

el sueño que me embriaga,

me aparta y ofrece,

las ramas del destino.

Bajo el almendro

me hago fuerte,

como su tronco;

sus flores, me colorean el alma,

tan grande, tan pequeña,

tan pronto, tan tarde.

Y vencido el trueno,

bajo el almendro,

en el viejo camino,

absorbo la savia, y la tierra

se moja de lágrimas

vivas, que desean regar

raíces de amistad sincera.

Bajo el almendro

me hago viejo y duermo,

y sueño…

y no quiero despertar.

                                             (26)

 

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