Nuestra relación con el mundo.

Todo a nuestro alrededor son en parte, vínculos. Lo que nos une a cualquier persona, lugar, objeto, a nosotros mismos… es un vínculo, una especie de relación, sea más o menos diferente, profunda o intensa. El mundo y nosotros también tenemos un vínculo. Nuestra relación con el mundo también hay que cuidarla, y esto a veces se nos olvida.

Como en una relación de pareja, hay que quererse, comunicarse, entenderse y cuidarse. Puede desgastarse, puede caer en rutina e incluso volverse algo indiferente, pero hay que transformarla. Pase lo que pase, hay que cambiar esa relación día a día, transformarla siempre en algo nutritivo, de manera mutua. El mundo lleva tiempo inimaginable soportando nuestra relación con él. Es una relación muy especial, conlleva muchísimos lazos tanto individuales como colectivos, es la humanidad y el mundo, el individuo y el mundo.

Hace mucho tiempo se nos ha olvidado preguntarle qué quiere, qué necesita, qué le ocurre… y nos limitamos a darle cosas que no sabemos si son del todo necesarias, pero que creemos que, de algún modo, nos facilitan a nosotros la vida. Digo creemos, porque igual que aprendemos a usar todo lo que creamos, aprendemos a mal usarlo. Estamos en constante pelea con lo que el mundo nos da y lo que quisiéramos tener.

El mundo tiene más valor que cualquiera de nosotros, es nuestro espacio y escenario, es nuestro contexto y la razón por la que estás aquí. Párate a pensar. ¿Hace cuánto tiempo que no te encuentras a solas con el mundo? Algo que únicamente sea espacio y donde tú te desarrolles, sin necesitar nada más que tu cuerpo y tu mente. Siempre llevamos algo más, siempre nos emocionan otro tipo de cosas que hemos creado, y nos ha dejado de emocionar un paisaje.

Igual estamos desgastando esta relación, tal vez nos estamos pasando y estamos olvidando todo lo bueno que tiene, queriendo substituirlo por cosas que nunca serán comparables con la fuerza de este mundo.

Haz las paces con el mundo, cuida tu relación con él, es proporcional a cuidarte a ti mismo, es tu lugar.