Homenaje a Camille Claudel

“Se me reprocha, ¡oh, crimen espantoso!, haber vivido sola”. Camille en 1917.

Cómo pretendes que retorne
hasta tus brazos
si antaño solo fueron engaños.
Si me amabas no rompiste con nada
y tus promesas fueron
lodo en la orilla del embravecido mar.
Me enamoré tanto de ti
que me olvidé de mí.
Salté todos los límites,
quebrando las cadenas
de una época donde no se podía ser libre.
Y si tuve alas que me hicieron soñar y volar
fueron sobre el cincel y la piedra
que con mi obra y
al entregarme por completo
a ella, me alabaron muy poco
y solo fui tu sombra.
Hasta el final de mis días te amé
con una locura obsesiva,
liberé mucho dolor
sobre el yeso,
sobre el frío
e inerte mármol,
sobre el candente metal
y lo hice rebosar de vida.
A pesar de todo,
ningún hombre que me amara de verdad
me sacó de los blancos,
siniestros y gélidos
pasillos del manicomio.
Viví como quise y para el mundo
fui una prostituta,
una loca,
una perdida que deshonró a su familia.
Quisieron que solo fuera tu amante
pero no lo lograron,
todo lo que llevaba en el corazón encerrado
lo liberé con mi arte.
Cuando mires alguna escultura de él,
puede que no estés observando su labor
ya que mis manos están presentes.
Mis innovadoras ideas hicieron que él
subiera a las cumbres y tocara el cielo,
mientras yo bajaba hasta los más profundos
de los infiernos.

“He caído en el abismo. Del sueño que fue mi vida, esto es la pesadilla”. Camille Claudel (1864-1943)

Bibliografía: «Historias de Mujeres» Rosa Montero. 2015. Penguin Randon House Grupo Editorial. S.A.U.