Ya mi espina no descansa ni en respaldo,
ni acostada de su carga se deslinda.
Ya se mueve con chasquidos por heraldo,
una grieta que se expande en hueso guinda.
El agua tibia ya preparo para escaldo,
presuroso del descanso que esta brinda.
No soporto ya el martirio del despaldo,
que en auxilio solicito se rescinda.



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