No eres sino la sombra de un sueño,
y, aún siendo consciente de ello,
te empeñas en aparecer una y otra vez,
en esto que llaman vida.
¿Para qué? ¡Explícamelo!
Lárgate ya,
o acabarás convirtiéndote en aquello que se ansía,
se desea, se busca incansablemente,
sabiendo que jamás
llegará a realizarse.
Lárgate ya… por favor…
O seguiré teniendo conversaciones con mi conciencia
en las que sigo pronunciando tu nombre
mientras ella me responde
con un agudo, e intenso
dolor de cabeza…