Te encontré sentado conjugando los tiempos del olvido y, aun así, me senté a tu lado. Olvidé mis prejuicios sobre corazones destrozados; olvidaste tus recelos y los miedos enjaulados; olvidó el amor que ya estábamos marcados; olvidamos aquello que no habíamos olvidado; olvidasteis todos los deseos malgastados; nos olvidaron los dioses a los que habíamos repudiado. Ahora conjugamos un presente inacabado, imperfecto y subjuntivo del amar y ser amado.
Amor en tiempos compuestos

Precioso
Me gustaLe gusta a 1 persona