Boca, boca, boca de mi corazón sediento,
toca, siente, tranquiliza, acaricia mi alma,
sin peleas ni odio, ni ambición malvada,
dame un suspiro de paz y desolaciones vanas
que siento como el sol ya no completa mi alborada.
Sedada y triste y sola y en necesidad de ayuda,
escribo y canto y lloro y mi vitalidad se estruja,
bajo una cortina de astros te veo y no te alcanzo;
refugio mío, en qué te has convertido,
tan lejos de mí sin darle a mi vida sentido.
Comprende mis palabras que el viento no las carga,
que mis labios pesan y el corazón se me desangra.
Comprende que mis pasos en la arena se borran,
y que la marea sube al compás de tu abandono,
y que ningún otro sol en mi cielo embona,
que sin ti la playa ya no es la misma, cumbre nebulosa.
Toma mi mano, que con la tuya siempre reacciona.
Entre tus dedos mi cabello suelto, salino y sin restricciones,
hazlo por mí, amado eterno que poco a poco se disipa,
sin apuro espérame, y cierra ya mi boca, boca, boca.