Retorna de memoria
el alma llena.
Mi cuerpo vacío
es piedra lanzada
en picada.
Yo sé que aguardas firme,
en silencio.
Con la mano alzada
abierta a mi caída.
Detenme suave y abrázame
entre tus vestidos.
Sácame de este mundo.
Has que olvide todo,
aleja los demonios,
envuélveme en tu burbuja,
elévame suavemente
más allá de todo.
Recuéstame en tu regazo,
escúchame, acompáñame,
atiende mis consultas,
te cuento mis secretos.
Me tomas deshecho
y me liberas lleno
de vitalidad.
Eres mi alba y mi ocaso.
Regálame un nuevo comienzo,
regálame un sueño mi cama.
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