Me empeño en buscar calma
cuando en realidad
mi sangre solo fluye
con el movimiento.
Pero veo venir tu vendaval
con fuerza
y tengo miedo.
Pero a pesar de todo,
deseo que llegue
y me arrase.
Lo deseo…
porque a pesar de obsesionarme la paz,
me vuelve loca tu caos.
¡Y que sí,
que el orden es muy bonito
pero entendí que de nada sirve
si no consigue hacerme temblar!
Por eso, yo,
la princesa de hielo,
formaré nieve en tu cuello
cuando te lo bese.
Y beberé tu piel
como si del mismísimo
Cielo se tratase.
Pero tú, a cambio,
¡prométeme que me versarás los labios
y me besarás los poemas
con delicadeza!
Y aunque ambos sepamos que es posible
que algún día nos trague el abismo
de amor que construimos…
¡Te ordeno que no perdamos el tiempo!
¡Y ven,
bésame las cicatrices
y abrázame el corazón,
porque a pesar de ser fría amo
y deseo más que nunca tu calor!



Deja un comentario