Mis pupilas
piedras desgastadas.
Su lucero opaco
ansía la noche oscura,
de luna ausente,
de apagón.
Párpado pesado,
la negrura
se traga el cuarto,
oculta el cuerpo.
Bajo el velo enciende
la memoria,
alumbra mi desvelo,
aleja el alba.
Entre la sombra
y el sopor asoma
un foco, funde lento
por la madrugada.
Extiende la penumbra
un puente al sueño.
No distingo si dormido
me deslumbra la mañana,
o sea parte del ensueño
que despierto me descubra.



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