Por mucho que maduremos,
que revistamos nuestras adolescentes
sensaciones de madurez
con metáforas y requiebros,
siempre quedará algo de lo que amamos
y con pasión lloramos,
de ese carácter efervescente,
de esas dudas existenciales…
El día que perdamos esa sed
de explorar nuevos terrenos,
que no encontremos ya la fe
en lo más natural de los animales,
dejaremos de ser lo que fuimos,
seremos solo otro claroscuro,
seremos otra persona sin pasado
y, por ende, sin base ni futuro
alguno al que agarrarnos
para, alegres, evadirnos
y ser nosotros mismos,
ser los buenos locos que crecimos.
Poema extraído del libro de mi autoría Lunas de rojo neón (Editorial Tres Columnas, 2019).
Siempre es posible re-inventarnos gracias a ese algo de rebeldía que conservamos..no es inmadurez es no aceptarnos derrotados…Besos al vacío
Me gustaLe gusta a 2 personas