Fallido el encuentro,
me resigno a contarle
a mi diario el secreto
y a de lejos, mirarte.
Sea furtivo el encuentro,
peligrosa la jugada,
por la esencia del centro
que supone mi alborada.
Y escribo tantas palabras,
las distribuyo con meditación,
a lo largo de estos versos
y en lo ancho de mi sillón.
Tan oculta en un suspiro
mi ambición está alojada
señalando cómo viro
en las curvas de tu mirada.
Encerrada, estoy adentro
de las ganas de hablarte,
considerando el reencuentro
que causaría mi ser parlante.
Son memorias de un momento
que se me ha ido de las manos,
a los veinte, es un fragmento
de mi historia, con tantos años.
Que bonito ♥
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¡Muchas gracias!
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