Huele a nuevo y a penumbra
de faroles indecisos;
a cristales que lloran sin tristeza,
a regalo inesperado.
Huele a tinta que sangra poesía;
huele a víspera de todo,
a ganas de empezar.
Huele a calle acurrucada,
a murmullos en los charcos,
a niño que sonríe por vez primera.
Huele a campo engalanado,
a festines en las ramas,
a raíces que celebran.
Huele al agua con la tierra,
huele a tacones de baile
de gotas a compás sobre cristales
que siguen llorando sin tristeza.
¿Alguna vez preguntaste
a qué huele la lluvia?

¡Estupendo poema!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, compañero. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona