Aquí frente a las Nadas,
mirando la pared que separa mi pieza del mundo,
encerrando mi conciencia,
dialogando con el gato o la gárgola de la ventana.
Aquí, existiendo sin saber qué es lo que implica,
matando el tiempo que ciertamente no me sobra,
inventando oraciones,
leyendo a Esquilo,
fingiendo que sé quienes son Bruguera y su hermano.
Aquí, vigilando los escasos movimientos de la luna,
alimentando el miedo de comprar o hacer trueques,
conteniendo al fantasma de mi alcoba,
descubriendo un entierro en mi piso.
Aquí, silenciando las llamadas familiares,
escapando de los diecinueve,
queriendo encontrar pareja y atarla a mi terruño.
Aquí, siendo infeliz por convicción y no por suerte,
subastando los enseres de poeta,
traduciendo mi lamento a los sordos.
Aquí, escribiendo,
medio escribiendo,
apenas escribiendo,
escribiendo esto.
Aquí, temiendo,
desencadenando.



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