el chico frenó de golpe
una gallina con sus polluelos
le obstruía el paso
eternos
le parecieron a su pie izquierdo
aquellos tres segundos y medio
sobre el desacelerador
a salvo las criaturas
emprendió de nuevo la marcha
despegando de su frente sudorosa
el flequillo que le obstruía la vista
en su horizonte
el paraíso al borde de una sonrisa
con manos temblorosas
abrió la puerta
aterrizando sobre la tierra
en cámara lenta
llamó
y nadie le respondió
miró por la ventana
y la casa ya estaba vacía
despejando de su mirada cristalina
el flequillo mojado en llanto
emprendió de nuevo la marcha
dejando tras de sí
rastros de pétalos blancos
en el aire



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