Las aguas debidas

Exhibía el desgaste

de esas paredes con los pies atestados de cáscaras,

los versos que se pudren por pretéritos

los enclaves obviados en el musgo

que emergen del abstracto de una tierra

llena de pedregales desmemoriados.

Abreva la vigilia

en esta hora debida y siento un cauce ardido

un estruendo cesado e impotente.

El fondo de tristeza de cada calavera

que hierve aún de pasados.

Volvía a escribir             

en la noche extendida, bajo el vientre

arriba en la memoria de los ríos.

Viré de las erratas y de los extramuros

como un amanecer desde las aguas

igual a ese engranaje, despistado y constante,

que herido en óxidos inevitables

contribuía en versos necesarios.

Las raíces sin flores del gran huerto de nadie.

Trepaderas establecidas,

y estableciéndose.

3 respuestas a “Las aguas debidas”

  1. Me agrada, lo leí hasta el final disfrutando cada oración que se convirtió en imagen. (@Zavala_Ra)

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Búsqueda avanzada

Entradas relacionadas