Exhibía el desgaste
de esas paredes con los pies atestados de cáscaras,
los versos que se pudren por pretéritos
los enclaves obviados en el musgo
que emergen del abstracto de una tierra
llena de pedregales desmemoriados.
Abreva la vigilia
en esta hora debida y siento un cauce ardido
un estruendo cesado e impotente.
El fondo de tristeza de cada calavera
que hierve aún de pasados.
Volvía a escribir
en la noche extendida, bajo el vientre
arriba en la memoria de los ríos.
Viré de las erratas y de los extramuros
como un amanecer desde las aguas
igual a ese engranaje, despistado y constante,
que herido en óxidos inevitables
contribuía en versos necesarios.
Las raíces sin flores del gran huerto de nadie.
Trepaderas establecidas,
y estableciéndose.
eralesmiguel@gmail.com
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Me agrada, lo leí hasta el final disfrutando cada oración que se convirtió en imagen. (@Zavala_Ra)
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I love it.
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