Ojitos jónicos

Ojitos jónicos

esculpen los míos corintios

cuando, en realidad,

dóricos.

 

Y no es que me menosprecie

sino que mi mejor ornamento

es tu mirada regalada.

 

Por eso dicen que la belleza está en los ojos de quien mira,

porque a mí tus pupilas de miel me enardecen.

Si alguna vez la poeta fue musa,

esta experiencia religiosa fue causada por tu persecutorio recuerdo de nuestras frentes pegadas

y yo, que soy buena y quiero que los estudiantes de Arte aprueben y se labren un futuro laboral claro,

se lo pongo fácil:

Siempre quiero repetir,

nunca dejar de comerte,

tocarte las yemas

y sentir el Renacimiento en la fusión de nuestras venas.

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