Las dos

Yo que siempre te increpé con que abrieras el corazón y la mente, aquí me hallo: postergando el momento de confesarme con el cuaderno pues enfrentarme a la hoja en blanco es hacerle un lavado de cara a mi alma de negro pintada; es descubrir mis sentimientos y asustarme con lo que me voy aSigue leyendo «Las dos»

Los relojes son un fénix

Hay veces que el “para siempre” se sentencia de verdad; yo nunca creí en el amor eterno pero, al igual que el poeta Redry, tu boca yo nunca la dejaría de besar. Porque antes de que vinieras a esta casa, destrocé todos los relojes; antes de que lo hicieras a mi vida, mi pasado, losSigue leyendo «Los relojes son un fénix»

El acto de escribir

Como dijo una Mujer, escribir es el Arte de conectar con el Alma porque no lo haces con el ego sino con el corazón de una forma mecánica. Suele resultar complicado abrirlo; de no usarlo, se ha oxidado como las cuerdas de mi guitarra, pero, si insistes, en una hoja en blanco te plasmaré miSigue leyendo «El acto de escribir»

Ojitos jónicos

Ojitos jónicos esculpen los míos corintios cuando, en realidad, dóricos.   Y no es que me menosprecie sino que mi mejor ornamento es tu mirada regalada.   Por eso dicen que la belleza está en los ojos de quien mira, porque a mí tus pupilas de miel me enardecen. Si alguna vez la poeta fueSigue leyendo «Ojitos jónicos»

Disonancia cognitiva

La disonancia cognitiva es mi mayor enemigo; aceptaré sentimientos malos pero… esto no va conmigo. Si te quiero, te lo digo. Si quiero al animal, no lo cocino. Si mi corazón late tu nombre, poemas te dedico. Si quiero pasar el resto de mi vida contigo… lo intuyes. Porque aunque no salga de mi boca,Sigue leyendo «Disonancia cognitiva»

La ayuda

Si no te piden ayuda, no la regales; simplemente permanece atento para entender las señales. A veces, te estarán suplicando con ojos tempestades, con su sonrisa de seca rosa o con sus lágrimas cauceleando entre las calles. Escúchame, mujer mariposa: es de valiente mostrarnos vulnerables y no quedarnos con el capullo sino echar a volarSigue leyendo «La ayuda»

Un grano en el corazón

No te castigues con el interrogante de ¿qué pensará?   Mi duda, ¿por qué no se lo preguntas?   Serás valiente si pierdes el orgullo y encuentras cuál es el dolor y su causa;   ya tratarás de solventarlo, pero, primero, vete al grano del meollo y del asunto que, siempre, está en el corazón.

Epidemiología de tu cuerpo

Invertí en un estudio experimental con objeto tu cuerpo y con hipótesis a penas definidas; simplemente, buscaba comprobar. Buscaba, más bien, hallar paz en el punto medio entre ciencia y corazón; ¡si a mí me encanta tu mente! pero más me gusta cuando vos pones en praxis el Amor. Si me preguntas por las variables,Sigue leyendo «Epidemiología de tu cuerpo»

Palabra de Guille Galván

Sustituyeron la última letra de mi nombre por la primera del abecedario y convirtieron al Universo en un piano, pero no en un piano cualquiera sino en aquel que, al tocarlo, te hace sentir la vibración en el brazo. Imagino que los lunares serían la vía láctea, los tatuajes los satélites y las venas losSigue leyendo «Palabra de Guille Galván»

Los cinco sentidos del confinamiento

Este erotismo comienza a convertirse en obsesión; está bien que hayamos alcanzado este punto pero en mi mente solo estás vos. Eso es bueno porque en ella antes habitaba mucho ruido; lo ha difuminado de un golpe tu voz jadeante y tu cuerpo diluido. Esta situación ha obligado al ser humano a desarrollar el sentido deSigue leyendo «Los cinco sentidos del confinamiento»

Ven y vete

Me río de tu forma de amar si al final matas al toro, si eres un vegano que a veces come pollo, si no juzgas pero «vaya modelito guarro lleva esa», si «cómo va a luchar por ese amor… está loca»; si tu libertad implica no atreverte a quererme más y no jugar un poquitoSigue leyendo «Ven y vete»

¿De qué están hechos los poetas?

Que de qué están hechos los poetas, me pregunta, como si yo pudiese contarle mi verdad. Seré sencilla y me aplicaré la respuesta de Enrique Gracia Trinidad: «Como dijo un amigo de Bécquer, somos como los demás y, a veces, escribimos versos.» Querida, ¿deseas que te diga más? No sé qué opinan mis compañeros. EnSigue leyendo «¿De qué están hechos los poetas?»

Mi escalera

Me preguntabas que qué quería cenary no entendíasque lo que yo tenía era hambre de ti,de devorar tus miedos,tus entrañasy esos labios cosidos a medida de mi piel.Mi alegría se medía según mi columna vertebral era como una escaleray, cada hueso,como un peldaño                         Sigue leyendo «Mi escalera»

La luz

La vida en sí misma es una metáfora inexplicable. Esta es la razón por la que Grecia y Roma inventaron sus mitos y Occidente aprovechó para desahogarse en hipérboles. Una de ellas jura que, antes de morir, visualizas una luz al final del túnel. Dijiste que mienten. Pienso que quien sentenció ese mantra por vezSigue leyendo «La luz»

Sí, quiero

Si edito una fotografía tuya, empleo el filtro “comida”. Si escucho en tu voz el silencio, me quedo dormida; arropada por la calma de tus labios. Tanto tiempo buscando la paz y desconocía que se encontraba debajo de tus sábanas, en el papel de invisible bambú situado entre la piel de los dos. No meSigue leyendo «Sí, quiero»

Lo que nunca sería yo soy

Soy una actriz a la que, cuando besan, se le eriza la piel del corazón.   Soy un policía que falsifica las órdenes de desahucio.   Pero lo que no soy y que felizmente yo sería es esa esposa que te ata a las patas de su cama 5 veces al día / todas lasSigue leyendo «Lo que nunca sería yo soy»

La historia de los libros que no se dejan leer

Te apoyas en la madera y me miras con esos ojos que auguran tu ansia por querer jugar -conmigo-   Ahora no, -te digo- Estoy empezando a criar bichos, -me responsabilizas-   Ahora no. Si estás aquí es por algo, ¿no crees? He intentado en muchas ocasiones abrazarte y te has escurrido entre mis dedos;Sigue leyendo «La historia de los libros que no se dejan leer»

El arbusto

Hoy me he identificado con un arbusto ya que, a veces, necesito de un profesional que me corte la maleza.   Lo peor es que la causa mi cerebro y yo me escudo en que tú.   He de asumir la culpa si quiero hacer las paces conmigo misma.   Fue especial que hace unSigue leyendo «El arbusto»

Canguro del futuro

Con su mochila cargada de los restos de ese extraño objeto interestelar, la mamá canguro se rascó el pelaje fluorescente y se encaminó, a saltos, hacia el refugio nuclear abandonado. La descripción de aquel lugar le resultaba inefable. Predominaba el ambiente grisáceo, y los demás canguros le esperaban con cautela; se encontraba en el «CentroSigue leyendo «Canguro del futuro»

Indestructible

Estoy de cuerpo presente en esta oficina pero todo mi interior se ha mudado a dónde le evoca lo que suena en mis oídos.   Muchas lunas atrás escuchaba el mismo eco pero proveniente de tu boca, de tu ojo guiñado y del verano de promesas.   Yo también he dejado de verte en cualquierSigue leyendo «Indestructible»

Te estaba esperando

¿Cómo voy a entristecerme ante la presencia de la lluvia en el cristal si el agua es el elemento que más necesita la Tierra para contra la sequía acabar?   Hoy me desperté cabizbaja hasta que comprendí la suerte que tengo: “hoy me desperté”.   Ahora centro el pensamiento en los que ya no estánSigue leyendo «Te estaba esperando»

Las campanadas

Si voy o si vengo yo no lo séporque nada tiene este concepto que vercon la relación espacio-tiempo. Huí,eso es lo único cierto,pero si para curarme recibo alcohol y no besos entonces, respóndeme:¿tiene sentidoeste tormento? Que igual ocurre con la forma de educar a niños y perros;has de premiar con amor en positivoy no emitirSigue leyendo «Las campanadas»

Complejo de policía cobarde

Desde que descubrí que tú, bambú, tienes por koala a otras piernas me siento como un papel Bond al que le suprimes el sonido de tormenta; como un zorro agónico al que despellejas aun yo con vida y consciencia. Me tatué la palabra «libertad» única y exclusivamente para que comprendieras que te quiero así; e problema esSigue leyendo «Complejo de policía cobarde»

Poemándote

Proclamáis que sois libresy tenéis sentimientos invisibles con pesadas cadenas al ocultar vuestro amor;el de tu romance o el de tu sangre. Anclada a la pena no quiero conformarme con mojar mis piesen tu orillade movediza arena. Yo merezco ser parte del mar,y menos sal en las heridas guardar. Enredo los auricularespara que mi almaSigue leyendo «Poemándote»

La cita de las seis

Enfrente de tus ojos están unos que con admiración te mirany yo,a unos cuantas horas y años de más de tu corazón,declaro mi salón en ruinas. Me alegraque te quieranporque me hace comprender cómo eres: no terrenal, por suerte pero entiendeque si no tengo pa´ ofrecertemás que un puñadito de amoryo me siento desnuda y meSigue leyendo «La cita de las seis»

Terapia de labios

Te llevo dentro, quiero ser sofá si puedo cobijar tu calorcito y, así, guardarme tus domingos.   Tan solo ansío que te sientes y me cuentes la verdad; mira mi pecho abierto:   recibirá tus palabras en forma de balas o de luz pero, sea lo que sea, quiero sentirlas ya para acabar de unaSigue leyendo «Terapia de labios»

El valor de una tostada

Dos euros no pagas solo por una tostada; dos euros por saborearla con el sol alimentando tu estómago y tu mirada.   Dos euros por la fortuna de tener la posibilidad de poder pagarla, unas manos para agarrarla y un paladar activo para degustarla (gracias a quienes hicieron arte de la necesidad).   Dos eurosSigue leyendo «El valor de una tostada»

Granada blanca

Mi personal gélido octubre congela mi mente con la idea de que no tantas tardes atrás tú preparabas una ensalada bomba.   Digo esto porque tenía tantos, tantos ingredientes que su sabor era la premonición de que lo nuestro iba a estallar.   «¿Qué nuestro?» —susurra el viento.   Preguntaste si me gustaba la granadaSigue leyendo «Granada blanca»

Último instinto animal

Ojalá me coma, sin punto y  final, -pensé-, y, allí en tu cuerpo, mi instinto animal se adelantó y tus ojos crecieron para exclamar compasión                                             mas lo siento mucho, amor mío yo tengo hambreSigue leyendo «Último instinto animal»