La puerta se abre
y la madre ya no sabe qué decir
el padre ya no sabe qué hacer
el niño no sabe adónde ir
los amigos no saben cómo entender
los gritos ahogados van apagando
Está húmedo, frío y oscuro en la cueva
así que las luciérnagas ya no entran
profundo en un refugio muy lejano
el niño se queda dormido otra vez
se abre tan fácil como se cierra
y nunca parece haber respuesta
Quizá está en el bosque
quizá en las ramas de los árboles
que se agitan con los ventarrones
pero insisten en permanecer allí
mientras se hacen tajos y se quiebran
Ilustración por Ana Shadowcat.
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