Sobre un cuerpo inerte
desagua desprecio la lluvia,
un charco
se forma en su tumba,
prepara un caldo de muerte.
La tierra
se sorbe los jugos,
servido el festín de partida.
Termina ya el ciclo de vida
saciados por fin los presentes.
¿Será la blancura del hueso
acaso el final remitente?
A donde vuelva el recuerdo
y se asiente,
cuando la carne ya esté consumida.
O más bien
su templo ausente
volverá las plegarias fecundas,
devenido
en alma penitente
atado a su última morada.
¿Será la memoria pesada
osamenta de alientos perdidos?
Entonces
dejar que se hunda,
en la gran bastedad de la mente.
Ahora
enterrada a su suerte
mudará sus pieles de desventura.
Y vuelta polvo
será simiente
para los sueños de otros seres.
¡ Lúgubre y tenebrosas entrada ! Pensar que continuo creyendo; que cuando alguien parte de esta vida, su alma ocupara un cuerpo sin memoria. Un cordial saludo.
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Solo nos queda seguir interpretando lo que alcanzamos a ver, e imaginarnos lo que queda fuera de nuestra percepción. Un saludo igualmente. (;
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Imágenes lúgubres y, sin embargo, hermosamente poéticas.
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De regreso del trabajo, me ha tocado ver varias escenas así, con distintas aves y animales como protagonistas. Imposible no reflexionar acerca de lo que sucede, y más en los días lluviosos. Saludos cordiales.
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