Cuando acabe de abrillantar mis huesos,
las polillas no podrán roerlos
y reiré y rumiaré y gritaré
despacio y con buena letra.
Cuando acabe de abrillantar mis huesos,
el planeta volverá a ser fértil,
fértil y entero,
y arderá mi piel de margaritas.
Cuando acabe de abrillantar mis huesos
y la herida ya no esté caliente,
vibrará la baba
y saldré de la cueva.
Los tendré listos cuando vengas.
María G. Dionis
@mariadesamotracia
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Sencillamente brillante. ¡Enhorabuena!
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