¿Y si la Luna…
no es un satélite?
¿Y si la Luna…
es en realidad
sólo una semilla
en la inmensidad universal?
¿Y si esta semilla…
está ahí
para que florezca un nuevo amor?
¿Y si el Sol…
no es su contratante,
sino su protector y amante?
¿Y si…
a lo que llamamos Eclipse,
es un nuevo
periodo de gestación?
Y de ahí…
nace un nuevo amor…
Quizás la Luna no se llena…
sólo florece…
Entonces…
Los enamorados
somos hijos de la Luna.
Mati Yurgas
@reflexionesdemimente
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